Una advertencia es como cuando una señal de stop amigable te dice que tengas cuidado antes de cruzar la calle. Es una forma de mantenerte seguro recordándote que mires a ambos lados para que no te lastimes. Al igual que la señal de stop te ayuda, una advertencia te ayuda a saber cuándo algo podría ser peligroso o si necesitas prestar atención extra.
Imagina tu juguete favorito, como un oso de peluche, dándote un abrazo suave y susurrándote, “¡Cuidado!” Esto es lo que hace una advertencia. Es un pequeño mensaje que te ayuda a saber cuándo necesitas ir más despacio o tener cuidado, como cuando estás jugando cerca de algo afilado o caliente.
Piensa en un semáforo. Cuando se pone amarillo, está diciendo a los coches que reduzcan la velocidad porque la luz está a punto de ponerse roja. Esa luz amarilla es una advertencia. Ayuda a todos a saber qué esperar después, para que no se metan en problemas. Las advertencias son como recordatorios amigables que nos mantienen seguros y nos ayudan a tomar buenas decisiones.
Si estás en un columpio en el parque y alguien dice, “¡Ten cuidado de no columpiarte demasiado alto!” eso también es una advertencia. Es solo alguien ayudándote a divertirte de manera segura al dejarte saber cuándo podrías necesitar cambiar lo que estás haciendo. Las advertencias son como pequeños ayudantes que se aseguran de que nos mantengamos felices y seguros mientras jugamos y exploramos.