Esperar es como plantar una semilla en la tierra. La pones en el suelo, le das agua y luego tienes que ser paciente. No puedes ver la flor de inmediato, pero poco a poco, con el tiempo, crece. Esperar es el tiempo que le das a la semilla para convertirse en una hermosa flor. Es como dar a las cosas la oportunidad de suceder a su propio ritmo.
Piensa en esperar como cuando horneas un pastel. Mezclas todos los ingredientes y lo pones en el horno. Tienes que esperar a que el pastel se hornee antes de poder comerlo. Si abres el horno demasiado pronto, el pastel no estará listo. Esperar es dejar que el pastel tenga suficiente tiempo para volverse delicioso.
Esperar también es como estar en la fila para un tobogán en el parque. Ves a otros niños bajar por el tobogán, y tienes que hacer fila hasta que sea tu turno. Esperar es lo que haces mientras estás en la fila. Significa entender que todos tienen su turno, y pronto será el tuyo.
Otra forma de pensar en esperar es como cuando estás dibujando un dibujo. Tienes que tomarte tu tiempo para colorear dentro de las líneas y hacerlo bonito. Si te apresuras, puede que no se vea tan bien. Esperar es el tiempo que tomas para asegurarte de que tu dibujo sea lo mejor posible.