La virtud es como tener un superpoder especial que te ayuda a tomar buenas decisiones. Imagina que tienes una brújula mágica dentro de ti que siempre te señala la dirección correcta, ayudándote a saber qué está bien y qué está mal. Esta brújula te ayuda a ser amable, honesto y valiente, incluso cuando es difícil.
Piensa en la virtud como un jardín en tu corazón. Al igual que necesitas regar las plantas para ayudarlas a crecer, necesitas practicar cosas buenas como compartir y ayudar a los demás para hacer crecer tu virtud. Cuando tu virtud crece, te sientes feliz y los demás a tu alrededor también se sienten felices.
Imagina la virtud como una luz dentro de ti que brilla intensamente cuando haces cosas buenas. Esta luz te ayuda a ver el mejor camino a seguir y te hace sentir cálido y orgulloso por dentro. Cuando compartes esta luz con los demás, puede hacer que el mundo entero sea un lugar más brillante.
La virtud es como usar un par especial de gafas que te ayudan a ver el mundo de una manera que te hace querer hacer lo correcto. Estas gafas te ayudan a entender cómo se sienten los demás y te hacen querer ayudarlos.