Torcer es como cuando tomas un trozo de masa y quieres hacer un pretzel. Sostienes ambos extremos y los giras uno alrededor del otro. Esto hace que la masa parezca que se está abrazando a sí misma. Torcer también puede ser como cuando tienes una toalla mojada y quieres exprimir toda el agua. Agarras ambos extremos y los giras en direcciones opuestas, haciendo que la toalla se ponga tensa y arrugada.
Otra forma de pensar en torcer es como cuando tienes un columpio y lo haces girar una y otra vez. Cuando lo sueltas, el columpio se destuerce, y vuelve a su forma original. Esto es porque el columpio quiere volver a su forma normal.
Torcer también es como cuando quitas la tapa de una botella. Tienes que girar la tapa una y otra vez hasta que se salga. Esto es un torcer porque haces que la tapa gire en un círculo para abrir la botella. Así que, torcer es cuando giras algo, ya sea para cambiar su forma, exprimirlo o abrirlo.