El tratamiento es como un superhéroe para tu cuerpo. Cuando te sientes enfermo, el tratamiento viene a ayudarte a sentirte mejor. Imagina tu cuerpo como un jardín, y a veces las malas hierbas, como la enfermedad, intentan apoderarse de él. El tratamiento es como un jardinero que quita las malas hierbas para que tu jardín pueda estar saludable y feliz de nuevo.
Piensa en el tratamiento como un equipo de constructores. Si tu casa de juguetes se rompe, estos constructores vienen con sus herramientas para arreglarla. Se aseguran de que todo vuelva a estar en su lugar, para que puedas jugar con tu casa de juguetes nuevamente. El tratamiento funciona de la misma manera, arreglando lo que está roto en tu cuerpo.
El tratamiento también puede ser como una manta cálida. Cuando tienes frío, una manta te envuelve para mantenerte caliente y cómodo. De manera similar, el tratamiento envuelve tu cuerpo, brindándole el cuidado que necesita para combatir la enfermedad y ayudarte a sentirte cómodo y bien nuevamente.
Por último, el tratamiento es como un maestro sabio. Enseña a tu cuerpo cómo ser fuerte e inteligente para combatir los gérmenes. Con el tratamiento, tu cuerpo aprende a mantenerse saludable y a mantener alejados a esos gérmenes molestos.