Un tracto es como un camino o una carretera. Imagínate caminando por un bosque, y hay un camino claro que te muestra a dónde ir. Este camino es como un tracto. Te guía y te ayuda a encontrar tu camino. En tu cuerpo, también hay tractos. Son como caminos invisibles dentro de ti que ayudan a que las cosas se muevan, como la comida o los mensajes de tu cerebro.

Ahora, piensa en un tracto como un libro de cuentos. Cuando lees una historia, el libro te lleva en un viaje de una página a otra. Conecta todas las partes de la historia para que entiendas lo que sucede. De la misma manera, un tracto conecta diferentes partes de tu cuerpo, ayudándolas a trabajar juntas como las páginas de un libro.

Un tracto también puede ser como una vía de tren. Así como un tren sigue la vía para llegar a su destino, un tracto en tu cuerpo ayuda a que las cosas lleguen a donde necesitan ir. Ya sea aire viajando a través de tus pulmones o nervios enviando señales, los tractos son los caminos que mantienen todo en movimiento.