La lengua es como un cojín suave y rosado en tu boca. Te ayuda a saborear cosas deliciosas como helados y galletas. Cuando comes, tu lengua le dice a tu cerebro qué sabores estás disfrutando, como dulce, ácido o salado. ¡Es como un pequeño detective que descubre qué estás comiendo!

La lengua también es como un instrumento musical. Te ayuda a hacer sonidos y hablar. Cuando dices palabras como ‘hola’ o ‘adiós’, tu lengua se mueve para ayudar a hacer esos sonidos. ¡Es como tocar una canción con tu boca!

Imagina que tu lengua es un pincel. Cuando comes, mueve la comida en tu boca, mezclándola con tu saliva para que sea más fácil de tragar. ¡Es como pintar un cuadro de la comida antes de que baje a tu barriga!

Finalmente, la lengua es como un gimnasta. Puede hacer volteretas y giros, ayudándote a lamer conos de helado o limpiar tus labios. Es súper flexible y fuerte, aunque es pequeña. ¡Así que tu lengua es una pequeña ayudante muy ocupada en tu boca!