Una amenaza es como cuando una gran nube oscura se acerca al patio de recreo y piensas que podría llover. Aún no ha comenzado a llover, pero te sientes un poco preocupado porque podría suceder, y podrías tener que dejar de jugar. La nube es una señal de que algo podría cambiar, y te hace sentir inseguro o un poco asustado.
Imagina que estás construyendo una torre con bloques, y alguien dice que podría derribarla. Aún no lo ha hecho, pero solo decirlo te hace sentir incómodo. Eso es una amenaza. Es cuando alguien o algo te hace pensar que podría suceder algo no agradable, incluso si no sucede de inmediato.
Piensa en un león rugiendo fuerte. No te está mordiendo ni persiguiendo, pero el rugido es una advertencia. Te está diciendo que podría hacer algo aterrador si quisiera. El rugido es una amenaza, una forma de mostrar poder o hacerte sentir cauteloso.
Una amenaza puede ser como cuando sostienes tu juguete favorito, y alguien dice que podría quitártelo. Aún no lo ha tomado, pero solo la idea te hace sentir que necesitas sujetarlo más fuerte. Ese sentimiento de querer proteger tu juguete de ser tomado es lo que puede sentirse una amenaza.