Un teléfono es como una caja mágica que te permite hablar con alguien que está lejos. Imagina que tienes un amigo que vive en otra ciudad y quieres contarle algo. Tomas esta caja mágica, presionas algunos botones y, de repente, puedes escuchar la voz de tu amigo, aunque esté muy lejos. Es como tener un superpoder que hace que tu voz viaje a través de cables invisibles y ondas en el aire.
Piensa en un teléfono como un puente hecho de sonido. Cuando hablas por él, tus palabras se convierten en pequeñas ondas sonoras que viajan a través de este puente para llegar al oído de tu amigo al otro lado. Es como enviar un mensaje en una botella a través de un río, ¡pero mucho más rápido!
Un teléfono también se puede comparar con un walkie-talkie que nunca pierde su alcance. ¿Sabes cómo los walkie-talkies te permiten hablar con alguien cercano? Bueno, el teléfono hace lo mismo, pero puede alcanzar a personas que están realmente, realmente lejos. Es como tener una cuerda larga con vasos en cada extremo, como en los juegos que juegas, pero esta cuerda puede extenderse por millas y millas.