¡El gusto es como una fiesta en tu boca! Cuando comes algo, tu lengua es como una pista de baile donde diferentes alimentos hacen su baile especial. Tu lengua tiene pequeñas papilas gustativas que son como pequeños amigos que aman bailar. Te ayudan a saber si algo es dulce como un caramelo, salado como unas papas fritas, ácido como un limón, amargo como el chocolate negro, o umami, que es un sabor sabroso como el queso.

Imagina que tu lengua es un gran mapa. Cada parte del mapa es buena para encontrar diferentes tipos de sabores. La parte delantera de tu lengua es excelente para encontrar cosas dulces, mientras que los lados pueden encontrar cosas ácidas. La parte trasera es donde se encuentran las cosas amargas. Tus papilas gustativas son como pequeños exploradores en este mapa, diciéndole a tu cerebro lo que encuentran.

El gusto también es como un juego en equipo. ¡Tu nariz es una gran ayudante! Cuando comes, tu nariz huele la comida, y eso ayuda a tus papilas gustativas a saber qué está pasando. Si tienes un resfriado y tu nariz está tapada, a veces la comida no sabe tan fuerte. Entonces, el gusto y el olfato trabajan juntos como mejores amigos para ayudarte a disfrutar la comida.