Nadar es como ser un pez en el agua. Así como un pez mueve su cola y aletas para deslizarse por el agua, tú usas tus brazos y piernas para moverte. Tus brazos son como las aletas del pez, y tus piernas son como su cola. Cuando los mueves, puedes avanzar, retroceder o incluso flotar en un lugar.
Nadar también es como ser un superhéroe que puede volar, pero en el agua. Imagina llevar una capa, pero en su lugar, tienes agua a tu alrededor. Puedes flotar sobre tu barriga o espalda, y puedes patear tus piernas para deslizarte por el agua. El agua te sostiene como un abrazo suave, haciéndote sentir ligero y libre.
Piensa en nadar como un baile en el agua. Cuando bailas, mueves tu cuerpo al ritmo de la música. Al nadar, el agua es tu música, y tu cuerpo se mueve con ella. Puedes girar, voltear y deslizarte, como un bailarín en un escenario, pero tu escenario es la gran piscina azul o el océano.