Cuando algo te asombra, es como cuando ves un gran y brillante fuego artificial en el cielo. Tus ojos se abren de par en par y dejas de hacer lo que estabas haciendo porque es tan sorprendente y asombroso. Es como si tu cerebro dijera, ‘¡Guau, no esperaba eso!’ y necesitas un momento para entender lo que acaba de suceder.

Imagina que estás jugando con tu juguete favorito y de repente, tu mejor amigo aparece con un nuevo y brillante juguete que nunca has visto antes. Podrías dejar de jugar por un segundo porque estás tan sorprendido y curioso. Así es como se siente estar asombrado.

O piensa en un momento en que probaste un nuevo sabor de helado. Es tan diferente y delicioso que te detienes y piensas en cómo sabe. Tus papilas gustativas están sorprendidas, al igual que tu mente puede sorprenderse cuando sucede algo inesperado.

Estar asombrado es como presionar el botón de pausa en un video. Todo se detiene por un momento porque algo interesante o sorprendente ha captado tu atención. Tu mente necesita un poco de tiempo para ponerse al día con lo que acaba de suceder.