La palabra quieto es como cuando juegas al juego de congelarse. Imagina que todos se están moviendo y de repente, escuchas ‘¡congélate!’ y todos se detienen. Ese momento en que todo está en pausa y en silencio, eso es lo que significa quieto. Es cuando las cosas no se mueven ni hacen ruido, como cuando contienes la respiración y todo está tranquilo.
Otra forma de pensar en quieto es como un estanque sin ondas. Cuando miras el agua y está perfectamente plana, sin olas ni salpicaduras, eso es quieto. Es como si el estanque estuviera tomando una siesta, descansando tranquilamente sin movimiento.
Quieto también puede significar algo que no ha cambiado. Piensa en tu osito de peluche favorito que luce igual todos los días. Incluso si vas a la escuela y vuelves, tu osito de peluche sigue ahí, tal como lo dejaste. Es como una promesa de que algunas cosas no cambian, incluso cuando todo lo demás lo hace.
Finalmente, quieto puede ser como cuando esperas pacientemente algo. Si estás esperando que se horneen las galletas y te sientas tranquilamente, sin moverte, estás quieto. Es como darle un abrazo al tiempo y dejar que pase suavemente.