Imagínate tocar miel. Es espesa y pegajosa, y cuando intentas separar tus dedos, se quedan pegados. Eso es lo que llamamos pegajoso. Significa que las cosas quieren mantenerse juntas, como la miel que se pega a tus dedos.
Piensa en cinta adhesiva. Cuando la presionas sobre el papel, se queda ahí porque es pegajosa. Se agarra al papel y no se suelta. Las cosas pegajosas les gusta abrazar lo que tocan, como la cinta que abraza el papel.
Considera una telaraña. Cuando una mosca se posa en ella, la telaraña atrapa a la mosca porque es pegajosa. Esto ayuda a la araña a atrapar su comida. Las cosas pegajosas son como pequeñas trampas que retienen lo que tocan.
Imagina jugar con pegamento. Cuando lo esparces en papel y presionas otra hoja encima, se pegan. El pegamento es pegajoso porque ayuda a que las cosas se mantengan juntas, como construir una torre con bloques que no se caen.
Pegajoso también puede ser como un charco de barro. Cuando pisas en él, tus zapatos se quedan un poco atrapados porque el barro es pegajoso. Las cosas pegajosas a veces pueden dificultar el movimiento, como cuando tus zapatos se quedan atrapados en el barro.