Un estándar es como las reglas de un juego que todos aceptan seguir. Imagina que tú y tus amigos están jugando a las escondidas. Todos deben contar hasta diez antes de empezar a buscar. Contar hasta diez es el estándar. Asegura que todos jueguen de la misma manera, para que sea justo y divertido para todos.
Piensa en un estándar como la receta de tus galletas favoritas. Si quieres que las galletas tengan el mismo sabor delicioso cada vez, sigues la misma receta. La receta es el estándar para hacer esas galletas. Te ayuda a asegurarte de que siempre sean deliciosas y no demasiado saladas o quemadas.
Un estándar también puede ser como las líneas de un libro para colorear. Las líneas te ayudan a saber dónde colorear, para que tu dibujo se vea ordenado y bonito. Las líneas son el estándar que te guía, para que tu obra de arte salga tal como la deseas. Los estándares nos ayudan a saber qué hacer, ya sea jugando, horneando o coloreando, para que todo salga bien.