Piensa en gastar como cuando tienes una caja de crayones. Cada vez que coloreas un dibujo, uno de tus crayones se hace un poco más corto. Gastar es como usar tus crayones. Tienes que decidir qué dibujo es lo suficientemente importante para colorear porque una vez que el crayón se acaba, ya no puedes usarlo más. Se trata de tomar decisiones con lo que tienes.

Imagina que tienes una bolsa de galletas. Cada vez que comes una galleta, la bolsa se vuelve más ligera y tiene menos galletas. Gastar es como comer esas galletas. Tienes que pensar cuántas galletas quieres comer ahora y cuántas quieres guardar para después. Se trata de equilibrar lo que quieres ahora con lo que podrías querer después.

Imagina una caja de arena con arena. Cuando construyes un castillo de arena, usas algo de la arena. Gastar es como usar esa arena. Puedes hacer un gran castillo, pero luego tendrás menos arena para hacer otras cosas. Se trata de decidir cómo usar tu arena sabiamente para que puedas construir todas las cosas que quieres.