El sodio es como un pequeño ayudante en tu cuerpo que hace que las cosas funcionen sin problemas. Imagina que tu cuerpo es una gran ciudad ocupada, y el sodio es como los semáforos que ayudan a los autos a moverse sin chocar. El sodio ayuda a tus nervios a enviar mensajes para que tus músculos sepan cuándo moverse. También es como una esponja que ayuda a tu cuerpo a retener agua, para que no te dé demasiada sed.
Piensa en el sodio como un superhéroe que lleva una capa invisible. Mantiene tu corazón latiendo a la velocidad correcta, como un baterista en una banda que mantiene el ritmo. También ayuda a equilibrar la cantidad de agua en tu cuerpo, al igual que un balancín que necesita estar equilibrado en ambos lados para funcionar correctamente.
El sodio se encuentra en la sal, que es algo que podrías espolvorear en tu comida para que sepa deliciosa. Pero demasiado sodio no es bueno, al igual que demasiadas galletas pueden hacer que te duela el estómago. Entonces, aunque el sodio es importante, es mejor tener la cantidad justa para que todo en tu cuerpo funcione perfectamente.