Acurrucarse es como envolverte en una manta cálida y suave y sentirte cómodo y seguro. Imagina una gran nube esponjosa que te abraza suavemente, haciéndote sentir feliz y amado. Cuando te acurrucas con alguien, como tu mamá o tu papá, es como compartir un abrazo especial que dice ‘me importas’.
Piensa en acurrucarse como un cachorro pequeño que se acurruca en una cesta, sintiéndose acogedor y seguro. Es una forma de estar cerca y sentir el calor de alguien a quien amas, al igual que un oso de peluche te da consuelo cuando lo abrazas fuerte.
Acurrucarse es también como cuando estás sentado junto a una fogata, sintiendo el calor en tu rostro y sabiendo que estás rodeado de amigos o familia. Es una sensación de cercanía y cuidado, al igual que cuando estás en tu lugar favorito en casa, sintiéndote feliz y contento.