Cuando piensas en suave, imagina tu bola de helado favorita. Cuando la tocas, se siente suave y cremosa, no con bultos o áspera. Esto es lo que es suave. Es como la sensación de una brisa suave en tu cara, no muy fuerte, justo perfecta. Suave es cuando las cosas se sienten agradables y uniformes, como cuando deslizas tu dedo sobre una mesa brillante o un juguete nuevo.
Piensa en un tobogán en el parque. Un tobogán suave te deja bajar fácilmente sin baches, haciendo el deslizamiento divertido y suave. Suave es como el sonido de una canción de cuna, suave y calmante, no fuerte o áspero. Es como el ronroneo de un gato cuando está feliz, un sonido suave y continuo que te relaja.
Suave también puede ser como la forma en que el agua fluye en un arroyo. Se mueve con gracia y en silencio, sin salpicar ni hacer un desastre. O como cuando dibujas con un crayón nuevo, el color sale uniforme y bonito, no rasposo. Suave es cuando las cosas son fáciles y agradables, sin puntos ásperos ni interrupciones.