Un tobogán es como un paseo en alfombra mágica. Comienzas en la parte superior, te sientas y ¡whoosh! Te deslizas suavemente hasta el fondo. Es como si el suelo te ayudara a moverte sin usar los pies. Los toboganes se encuentran en los parques infantiles y son muy divertidos porque te hacen sentir como si estuvieras volando por un momento.

Otra forma de pensar en un tobogán es como un río. Cuando viertes agua en la parte superior, fluye por el camino, al igual que tú cuando bajas por un tobogán. El agua no se detiene hasta que llega al fondo, ¡y tú tampoco! Es una forma suave de viajar de un lugar a otro sin caminar.

Un tobogán también se puede comparar con una pista de esquí. Los esquiadores comienzan en la cima de una colina nevada y se deslizan hasta el fondo en sus esquís. Al igual que ellos, cuando te deslizas, sientes el viento en tu cara, y es emocionante porque te mueves más rápido de lo habitual. Los toboganes son una forma de disfrutar la sensación de moverse rápida y suavemente, al igual que un esquiador en una montaña nevada.