Gritar es como cuando tu voz se convierte en un superhéroe, y se hace muy grande y fuerte para que todos puedan escucharte. Imagina que tu voz lleva una capa y vuela alto, ¡llegando hasta el cielo! Cuando gritas, tu voz es como una gran bombilla brillante que brilla muy intensamente, para que las personas que están lejos puedan verla. Es como cuando estás jugando afuera y quieres que tus amigos te escuchen desde el otro lado del patio de recreo, así que haces que tu voz sea fuerte y clara.
A veces, gritar es como el rugido de un león. Cuando un león ruge, quiere ser escuchado por todos los demás animales de la jungla. Tu grito es como ese rugido, poderoso y grande, para que todos sepan lo que estás diciendo. Pero recuerda, no siempre es necesario gritar. Es como usar un tambor grande en lugar de una campana pequeña; a veces, la campana pequeña es perfecta para la situación.
Gritar puede ser divertido, como cuando estás animando a tu equipo favorito o cantando tu canción favorita muy fuerte. Es como cuando estás tan feliz o emocionado que tu voz quiere saltar de ti y bailar alrededor. Pero es importante saber cuándo gritar y cuándo usar tu voz suave, como cuando estás en una biblioteca o cuando alguien está durmiendo. Usar tu voz de la manera correcta es como ser un buen amigo que sabe cuándo ser fuerte y cuándo ser suave.