Cuando sientes un escalofrío, es como si tu cuerpo estuviera haciendo un pequeño baile porque tiene frío o está emocionado. Imagina que estás en una habitación llena de copos de nieve y de repente tu cuerpo comienza a moverse y temblar. Es la forma en que tu cuerpo dice: “¡Brrr, hace frío!” Es como cuando ves a un cachorro sacudir su pelaje después de un baño, tratando de calentarse y secarse.
Otra manera de pensar en un escalofrío es cuando estás tan emocionado o nervioso que tu cuerpo no puede quedarse quieto. Es como cuando estás esperando una gran sorpresa o cuando ves a tu superhéroe favorito en la televisión y tu cuerpo se llena de energía. Es un poco como cuando tomas una bebida gaseosa y todas las burbujas te hacen cosquillas en la nariz, haciéndote reír y sentirte cosquilleante por todo el cuerpo.
A veces, un escalofrío es como un pequeño terremoto dentro de ti, donde tus músculos tiemblan un poco para mantenerte caliente o para mostrar lo emocionado que estás. Es la forma en que tu cuerpo te habla sin usar palabras, diciéndote: “¡Estoy sintiendo algo especial!”