El sacrificio es como cuando tienes una galleta deliciosa, pero tu amigo no tiene ninguna. Decides darle tu galleta a tu amigo porque quieres que esté feliz, aunque ya no tendrás galleta. Se trata de renunciar a algo que te gusta por otra persona.
Es como un superhéroe que tiene un juguete especial. El superhéroe ve a alguien que necesita más ese juguete, así que decide regalarlo, aunque eso lo haga sentir un poco triste. Esto hace que el superhéroe se sienta bien por dentro porque ayudó a alguien más.
También es como cuando tienes un juguete favorito, pero ves a un hermanito o hermanita llorando. Les dejas jugar con tu juguete para que se sientan mejor. Puedes extrañar tu juguete, pero verlos sonreír lo hace valer la pena.
El sacrificio es cuando eliges hacer algo bueno por los demás, incluso si eso significa que tienes que renunciar a algo que amas. Es una forma de mostrar amor y bondad, y puede hacer que el mundo sea un lugar más feliz.