Cuando hablamos de prisa, es como cuando estás jugando un juego y tienes que moverte muy rápido para ganar. Imagina que estás corriendo hacia la línea de meta y tu corazón late rápido porque quieres ser el primero en llegar allí. Eso es lo que se siente una prisa; se trata de velocidad y emoción.

Otra forma de pensar en una prisa es como cuando tienes muchas cosas que hacer, como recoger tus juguetes antes de la cena. Tienes que apresurarte y terminar todo rápidamente. Es como una pequeña carrera contra el tiempo, y sientes un poco de presión para hacer todo.

Una prisa también puede sentirse como cuando estás en un parque infantil y bajas por el tobogán muy rápido. El viento está en tu cara y todo parece pasar rápidamente. Es emocionante y divertido, pero sucede muy rápido. Ese es el sentimiento de una prisa, donde todo se mueve rápido y tienes que mantener el ritmo.