Piensa en un oso de peluche. Algunos osos de peluche son suaves y acogedores, ¿verdad? Pero si imaginas un oso de peluche que se siente rasposo y con bultos cuando lo abrazas, eso es lo que significa áspero. No es suave ni delicado al tacto.
Imagina la superficie de la corteza de un árbol. Cuando pasas tus dedos sobre ella, se siente desigual y con bultos. Incluso podría sentirse un poco rasposo en tu piel. Eso es porque la corteza del árbol es áspera. No es como la suavidad de tu juguete favorito o las sábanas suaves de tu cama.
Considera la sensación del papel de lija. Si lo frotas en tu piel, se siente arenoso y rasposo. Eso es aspereza. Es muy diferente de la suavidad de una piedra pulida o el toque suave de una pluma.
Piensa en el camino. A veces, los caminos pueden tener muchos baches y agujeros pequeños. Cuando conduces sobre ellos, el viaje se siente agitado y con baches. Eso es porque el camino es áspero. No es como un camino recién pavimentado donde todo se siente suave y agradable.