Un disturbio es como cuando un grupo de personas está jugando un juego, pero el juego se sale de control. Imagina que todos empiezan a gritar y correr por todos lados, sin seguir ninguna regla. Pueden sentirse realmente enojados o tristes por algo, y en lugar de hablar sobre ello, comienzan a romper cosas o hacer un desastre. Es como cuando tú y tus amigos no pueden ponerse de acuerdo sobre qué juego jugar, y en lugar de turnarse, todos comienzan a gritar y empujar.
Otra forma de pensar en un disturbio es como una gran tormenta. Cuando llega una tormenta, el viento sopla fuerte, y puede derribar cosas y hacer mucho ruido. Un disturbio es como esa tormenta, pero con personas. Están tan llenos de emociones que no pueden mantenerse tranquilos, y todo se vuelve muy ruidoso y desordenado.
Un disturbio puede ser como una olla de agua hirviendo. Si mantienes la tapa demasiado apretada, el agua se desbordará y se derramará por todas partes. Las personas en un disturbio son como el agua, desbordándose porque tienen demasiados sentimientos dentro, y no saben cómo dejarlos salir de manera segura.