renunciar
Piensa en sostener un globo firmemente en tu mano. Cuando renuncias a él, lo sueltas y lo ves flotar hacia el cielo. Es como decidir no aferrarse más a algo.
Imagina que tienes un juguete que realmente te gusta, pero tu amigo también quiere jugar con él. Cuando renuncias al juguete, eliges compartirlo con tu amigo, dejándolo tener un turno porque sabes que es bueno compartir.
Piensa en sostener una cuerda en un juego de tira y afloja. Si decides renunciar a la cuerda, la sueltas, permitiendo que el otro equipo gane. A veces, dejar ir puede ser una forma de ser amable o de hacer feliz a alguien más.
Piensa en una mariposa descansando en tu mano. Cuando renuncias a la mariposa, abres suavemente tu mano y la dejas volar porque sabes que pertenece al cielo, no a tu mano. Se trata de entender cuándo es el momento de dejar que algo sea libre.