Piensa en un reembolso como un truco de magia donde devuelves algo y recuperas tu dinero. Así como cuando prestas un juguete a un amigo y te lo devuelve, un reembolso es cuando una tienda te devuelve el dinero que pagaste por algo que ya no quieres o necesitas. Es como decir “Cambié de opinión”, y la tienda dice “No hay problema, aquí está tu dinero”. Esto te hace sentir mejor si no te gustó lo que compraste.
Imagina que compraste un juguete que pensaste que sería súper divertido, pero cuando jugaste con él, no funcionó bien o no era lo que esperabas. Puedes llevarlo de vuelta a la tienda y pedir un reembolso. La tienda te devuelve tu dinero, como si obtuvieras una segunda oportunidad en un juego. De esta manera, puedes elegir algo más que te haga más feliz, o ahorrar tu dinero para más tarde.
Un reembolso también es como una promesa entre tú y la tienda. Cuando compras algo, la tienda promete que será bueno. Si no lo es, el reembolso es la forma en que la tienda cumple su promesa devolviendo tu dinero. Es como una red de seguridad que te ayuda a sentirte seguro al probar cosas nuevas, sabiendo que siempre puedes recuperar tu dinero si no funciona.