reflexión
La reflexión es como cuando miras en el espejo y ves tu cara mirándote. El espejo devuelve la luz de tu cara para que puedas verte. Es casi como si el espejo dijera “¡Hola!” Los espejos son muy buenos para mostrar reflexiones porque son súper suaves y brillantes.
Imagina que sostienes una cuchara brillante. Cuando miras la cuchara, puedes ver una versión diminuta de ti mismo. Eso es porque la cuchara también refleja la luz, al igual que el espejo. Pero como la cuchara está curvada, tu reflejo se ve un poco gracioso, como un dibujo animado tambaleante.
Piensa en un estanque en un día tranquilo. El agua está quieta y actúa como un gran espejo, mostrando el cielo y los árboles arriba. El agua refleja la luz del cielo y los árboles. Pero si lanzas una piedra en el estanque, el agua se mueve y el reflejo se vuelve todo ondulado y tembloroso.
La reflexión también puede ocurrir con los sonidos. Cuando gritas en una gran sala vacía o un cañón, puedes escuchar tu voz regresar a ti. Eso es un eco, que es una reflexión sonora. Las ondas sonoras rebotan en las paredes o montañas y regresan para que puedas escucharlas de nuevo.