Cuando reflejas algo, es como ser un espejo. Imagina que cuando miras en un espejo, ves tu cara mirándote. El espejo no guarda tu cara; solo te la muestra. ¡Eso es lo que hace reflejar! Muestra las cosas tal como son.
Piensa en un estanque brillante. Cuando el sol brilla sobre el estanque, puedes ver el cielo y las nubes en el agua. El estanque no es el cielo, pero muestra la imagen del cielo. Eso es porque el agua refleja el cielo.
A veces, cuando juegas con una linterna y la apuntas a una superficie brillante como una lata de estaño, la luz rebota y brilla en otro lugar. Este rebote de la luz se llama reflexión. Es como un juego de atrapar, donde la luz es la pelota que se lanza.
Reflejar también es como una fotocopiadora. Cuando pones un papel y presionas el botón, hace una copia que se ve igual. Pero la fotocopiadora no guarda el papel; solo se asegura de que el papel se vea igual en la copia. Eso es un poco como funciona el reflejo también.