Un reactor es como un enorme horno mágico. En lugar de hornear galletas, produce energía. Dentro de este horno mágico, hay pequeñas cosas llamadas átomos. Cuando estos átomos se emocionan, bailan y chocan entre sí, generando mucho calor. Este calor es como el calor que sientes cuando estás bajo el sol.

Otra forma de pensar en un reactor es como un equipo de superhéroes. Estos superhéroes trabajan juntos para asegurarse de que todo se mantenga seguro y protegido. Controlan los átomos emocionados para que no se descontrolen. Los superhéroes usan herramientas especiales para mantener todo en equilibrio, al igual que cuando juegas con bloques de construcción y te aseguras de que no se caigan.

Un reactor también se puede comparar con una gigantesca tetera. Al igual que cuando hierves agua para el té, el calor de los átomos emocionados convierte el agua en vapor. Este vapor es muy fuerte y puede empujar grandes ruedas llamadas turbinas. Cuando estas turbinas giran, producen electricidad. Así que, el reactor es como un gran ayudante que se asegura de que tengamos luces, televisión y todas las cosas divertidas que necesitan electricidad.