Un conejo es como una pequeña nube esponjosa que salta por el suelo. Tiene orejas grandes y suaves que se levantan como las asas de una tetera. Estas orejas ayudan al conejo a escuchar todo a su alrededor, como cuando puedes escuchar tu canción favorita sonando desde otra habitación.
Piensa en un conejo como un pequeño jardinero. Le encanta mordisquear vegetales frescos como zanahorias y lechugas, al igual que a ti te gusta comer tus bocadillos favoritos. Los conejos cavan con sus fuertes patas pequeñas para hacer hogares acogedores bajo tierra, llamados madrigueras, al igual que podrías cavar en la arena para construir un castillo de arena.
Los conejos también son como pelotas rebotantes. Pueden saltar alto y lejos con sus fuertes patas traseras, casi como si tuvieran resortes dentro de ellos. Esto les ayuda a jugar y a escapar de cualquier cosa que pueda asustarlos.
Imagina un conejo como un amigo silencioso que no dice mucho pero siempre está ahí. Usan sus bigotes para sentir las cosas a su alrededor, al igual que usas tus dedos para tocar y explorar el mundo.