Un programa es como una receta mágica que le dice a una computadora qué hacer. Así como cuando haces galletas, sigues pasos en un libro de cocina, un programa le da a una computadora instrucciones paso a paso para crear algo divertido, como un videojuego o un dibujo animado. Cada paso es importante, y si te saltas uno, la computadora podría confundirse, al igual que las galletas podrían no saber bien si olvidas el azúcar.
Piensa en un programa como un espectáculo de marionetas. El titiritero escribe un guion, y las marionetas siguen el guion para contar una historia. La computadora es como las marionetas, y el programa es el guion. Si el guion dice “mueve la mano”, la marioneta mueve la mano. Sin el guion, las marionetas no sabrían qué hacer.
Imagina un programa como un mapa del tesoro. La computadora es como un explorador, y el programa es el mapa. El mapa tiene direcciones como “avanza diez pasos” o “gira a la izquierda en el gran árbol”. La computadora sigue estas direcciones para encontrar el tesoro, que podría ser resolver un rompecabezas o dibujar una imagen en la pantalla.