Una prisión es como una casa grande y fuerte donde las personas que han hecho algo muy malo son enviadas a quedarse por un tiempo. Imagina si alguien rompiera las reglas, como tomar algo que no es suyo o lastimar a alguien más. Porque hicieron algo malo, tienen que ir a esta casa especial, llamada prisión, para aprender de sus errores y pensar en cómo ser mejores.
Piensa en la prisión como un gran tiempo fuera. Cuando haces algo que no es agradable, podrías tener que sentarte en un rincón o ir a tu habitación a pensarlo, ¿verdad? Bueno, la prisión es como un tiempo fuera para los adultos. Permanecen allí hasta que entienden que lo que hicieron fue incorrecto y prometen ser amables y seguir las reglas cuando regresen.
Otra forma de pensar en la prisión es como una escuela para aprender a ser bueno. En esta escuela, las personas aprenden cómo ser amables, cómo compartir y cómo seguir las reglas. Pueden hablar con maestros especiales que les ayudan a entender por qué es importante ser amable con los demás. Una vez que aprenden y prometen ser buenos, pueden salir de la prisión y unirse a todos los demás nuevamente.