Cuando presionas algo, es como darle un abrazo suave con tu mano. Imagina que tienes una almohada suave y quieres hacerla más pequeña por un momento. Pones tu mano sobre ella y empujas hacia abajo. ¡Eso es presionar! Es como decirle a la almohada, ‘Oye, quédate aquí un rato.’ No se trata de aplastarla para siempre, solo por un momento, como un juego.

Presionar es como cuando tienes plastilina. Cuando la presionas con los dedos, puedes hacer formas divertidas. Tus dedos son como pequeños artistas, creando algo nuevo al empujar suavemente hacia abajo. Presionar te ayuda a cambiar las cosas, como hacer un panqueque plano de una bola de masa.

Presionar también es como cuando tienes un botón en un juguete. Cuando lo presionas, el juguete puede tocar música o encenderse. Es como darle un pequeño empujón al juguete para despertarlo y decir, ‘¡Vamos a jugar!’ Presionar puede hacer que las cosas sucedan, como magia, pero con tus manos. Así que presionar es divertido, como una forma secreta de cambiar y jugar con las cosas a tu alrededor.