Un presidente es como el capitán de un gran barco llamado país. El trabajo del presidente es asegurarse de que el barco navegue sin problemas, evitando tormentas y manteniendo a todos a bordo seguros y felices. Al igual que un capitán escucha a la tripulación, el presidente escucha a las personas, llamadas ciudadanos, para saber qué necesitan y desean.
Piensa en un presidente como el director de una gran escuela. El presidente ayuda a establecer las reglas y se asegura de que todos las sigan para que haya orden y equidad. Cuando hay problemas, el presidente trabaja con otros para encontrar soluciones, al igual que un director trabaja con maestros y estudiantes para resolver problemas en la escuela.
Imagina al presidente como un jardinero para un gran jardín. Plantean semillas de ideas y políticas para ayudar al país a crecer sano y fuerte. El jardinero vigila las plantas, asegurándose de que reciban suficiente luz solar y agua, al igual que el presidente se asegura de que el país tenga lo que necesita para tener éxito.
El presidente también actúa como un animador, alentando a todos a trabajar juntos como un equipo. Inspiran a las personas a dar lo mejor de sí mismas y ayudan al país a lograr grandes cosas, al igual que un animador motiva a un equipo a ganar el juego.