Cuando estás preocupado, es como si tu mente fuera una pequeña abeja ocupada zumbando alrededor de un jardín de flores. En lugar de visitar todas las flores, sigue regresando a una flor especial una y otra vez. Esto significa que estás pensando mucho en una cosa, y puede ser difícil pensar en otras cosas al mismo tiempo.

Imagina que tu cerebro es un televisor con muchos canales. Cuando estás preocupado, es como si el televisor estuviera atascado en un canal, y no puedes cambiarlo para ver otra cosa. Incluso si tu caricatura favorita está en otro canal, sigues viendo el mismo programa una y otra vez.

Estar preocupado también es como tener un gran globo atado a tu muñeca. El globo está lleno de tus pensamientos sobre una cosa, y flota contigo a donde sea que vayas. Incluso si quieres jugar con otros juguetes, el globo siempre está ahí, recordándote lo que hay dentro.

Está bien estar preocupado a veces, pero también es importante dejar que tu mente explore y piense en muchas cosas diferentes, como un explorador curioso que va de aventuras.