Rezar es como tener una conversación especial con alguien que es muy importante para ti. Imagina que estás hablando con un amigo que siempre está ahí, incluso si no puedes verlo. Cuando rezas, puedes contarle sobre tu día, tus deseos, o incluso tus miedos. Es como compartir tus pensamientos y sentimientos con alguien que escucha muy atentamente.
Piensa en rezar como escribir una carta. Sabes cómo escribes tus pensamientos y sentimientos en papel y se los envías a alguien que te importa? Rezar es como enviar una carta con tu corazón. No necesitas papel ni bolígrafo; solo usas tus palabras o incluso tus pensamientos.
Rezar también puede ser como plantar una semilla en un jardín. Plantas la semilla diciendo tu oración, y con el tiempo, tus esperanzas y sueños pueden crecer como una hermosa flor. Al igual que riegas una planta y le das sol, crees y esperas que tus oraciones ayuden a mejorar las cosas. Es una manera de sentirse conectado y esperanzado sobre el mundo que te rodea.