El polvo es como pequeñísimos trozos de algo, un poco como cuando aplastas una galleta en pedacitos. Imagina una galleta que se desmorona en trozos muy, muy pequeños hasta que es casi como un polvo suave. ¡Eso es el polvo! Puedes encontrar polvo en muchas cosas como la tiza o incluso la harina que se usa para hornear. Es realmente suave y a veces puede sentirse un poco como una manta suave cuando lo tocas.
Piensa en el polvo como un polvo mágico que puede cambiar las cosas. Cuando agregas agua al polvo de chocolate, ¡se convierte en una deliciosa leche con chocolate! Es como un truco de magia donde solo un poco de agua puede transformar el polvo en algo delicioso.
El polvo también puede ser como una pequeña tormenta de nieve en una botella. Cuando agitas una botella de talco para bebés, sale como pequeños copos de nieve. Puede flotar en el aire por un momento y luego aterrizar suavemente en tu piel, haciéndola sentir suave. ¡Así que el polvo es como un polvo suave y mágico que puede hacer muchas cosas geniales!