Una penalización es como cuando juegas un juego y hay una regla que dice que no puedes hacer algo, como tocar la pelota con las manos en el fútbol. Si rompes esta regla, podrías tener que sentarte un rato o el otro equipo podría tener un turno. Es una manera de asegurarse de que todos jueguen de manera justa y sigan las reglas. Piensa en ello como cuando coloreas fuera de las líneas en un libro para colorear, y tu maestro te pide que lo intentes de nuevo. No es malo, sino una oportunidad para aprender y hacerlo mejor la próxima vez.
Otra forma de pensar en una penalización es como cuando comes galletas antes de la cena, y tu mamá dice que debes esperar. Si te comes una galleta a escondidas, podrías no tener postre después. Es una forma de ayudarte a recordar esperar tu turno y seguir las reglas. Al igual que en un juego, las penalizaciones ayudan a todos a divertirse y a jugar de manera segura. Es como un recordatorio suave que dice: ‘¡Ups, intentemos eso de nuevo!’ para que todos puedan disfrutar y ser felices juntos.