Piensa en la pausa como una gran señal de alto roja para tu película o juego favorito. Cuando presionas el botón de pausa, todo en la pantalla se congela, como un superhéroe deteniendo el tiempo. Los personajes dejan de moverse, la música deja de sonar, y puedes tomar un descanso para agarrar un bocadillo o pensar en lo que acaba de pasar. Es como decirle a la historia que te espere porque tú eres el jefe que decide cuándo comienza de nuevo.
Imagina una pausa como una varita mágica que hace que todo se quede quieto. Cuando estás jugando con tus juguetes y alguien dice ‘pausa’, todos los juguetes se detienen donde están. Es como un juego de congelados, donde todos dejan de moverse hasta que dices ‘sigue’ de nuevo. Esto te da la oportunidad de mirar alrededor y decidir qué quieres hacer a continuación.
De alguna manera, la pausa es como una pequeña siesta para tus actividades. Al igual que cuando tomas una siesta y todo está tranquilo y quieto, una pausa deja que tu película, juego o música descanse un poco. Cuando estás listo, lo despiertas y continúa como tú después de una buena siesta. Es una manera de tomar un respiro y asegurarte de no perderte nada importante.