El pastel es como un abrazo suave de un arcoíris. Imagina los colores que ves en un arcoíris pero están un poco dormidos, como si acabaran de despertarse de una siesta. No son demasiado brillantes ni demasiado oscuros, solo suaves y tranquilos. Los pasteles son como los colores del algodón de azúcar o de un pollito, muy suaves y ligeros.
Piensa en los pasteles como el susurro de los colores. Cuando los usas para dibujar, es como colorear con una nube. Se deslizan suavemente sobre el papel y dejan una estela suave y polvorienta. Es como esparcir un poco de polvo mágico que hace que todo parezca de ensueño.
Los pasteles también pueden ser como una manta cálida para tus ojos. Te hacen sentir cómodo y relajado, como cuando te acurrucas bajo una manta en un día frío. Cuando ves colores pastel, es como si tus ojos recibieran un abrazo suave y cálido. Son amigables y acogedores, haciendo que todo parezca pacífico y feliz.