El pasado es como un gran libro de historias que ya se han escrito. Imagina que cada día es una página, y estas páginas están llenas de cosas que ya han sucedido, como cuando celebraste tu fiesta de cumpleaños o cuando aprendiste a montar en bicicleta. Estas historias ya están terminadas, y podemos mirarlas hacia atrás para recordar y aprender de ellas.

El pasado también es como un sendero en el bosque. A medida que caminas, dejas huellas detrás. Estas huellas son como recuerdos de lo que hiciste, adónde fuiste y cómo te sentiste. Puedes mirar hacia atrás y ver el camino que hiciste, pero no puedes cambiarlo. Solo puedes verlo y pensar en toda la diversión que tuviste en el camino.

Piensa en el pasado como un álbum de fotos. Cada imagen es un momento que fue capturado y guardado. Puedes hojear el álbum y ver fotos de cuando eras un bebé o cuando fuiste al zoológico. Estas fotos te ayudan a recordar esos momentos, aunque no estén sucediendo ahora.