Cuando alguien está paralizado, es como cuando tu robot de juguete favorito se queda sin baterías y ya no puede moverse. El robot puede seguir viéndose igual, pero no puede hacer nada hasta que reciba baterías nuevas. De la misma manera, cuando una persona está paralizada, una parte de su cuerpo no puede moverse, aunque se vea igual que antes. No es porque no quiera moverse, sino porque algo en su interior, como sus nervios, no está funcionando como debería.

Imagina que tu cuerpo es una gran ciudad y tu cerebro es el jefe de esa ciudad. Las carreteras son como los nervios que llevan mensajes del cerebro a diferentes partes de la ciudad, diciéndoles qué hacer. Si hay un gran atasco o las carreteras están rotas, los mensajes no pueden pasar. Eso es lo que sucede cuando alguien está paralizado. El cerebro está tratando de enviar mensajes para moverse, pero se quedan atascados y no pueden llegar a donde tienen que ir.

Piensa en una manguera de jardín que tiene un doblez. El agua no puede fluir a través de la manguera cuando está doblada, ¿verdad? Pero tan pronto como enderezas la manguera, el agua puede fluir nuevamente. Cuando alguien está paralizado, es como si hubiera un doblez en la forma en que el cuerpo envía señales para moverse. Las señales se quedan atascadas, y la persona no puede mover esa parte de su cuerpo, incluso si realmente quiere.