La perspectiva es como un par de gafas de sol para tus ojos. Así como las gafas de sol te ayudan a ver mejor cuando el sol es muy brillante, tu perspectiva te ayuda a ver el mundo de una manera que te hace sentir feliz o tranquilo, incluso cuando las cosas pueden ser un poco difíciles. Es la forma en que eliges mirar las cosas, como decidir ver el lado soleado de un día nublado.

Piensa en la perspectiva como un pincel colorido. Con él, puedes pintar tu día con colores brillantes y alegres o con colores apagados y oscuros. Si te despiertas por la mañana y decides usar la pintura amarilla, podrías encontrar muchas cosas felices durante el día, como un desayuno delicioso o un juego divertido con amigos. Pero si eliges el gris, podrías sentirte triste o gruñón más fácilmente.

La perspectiva también es como una brújula que te ayuda a encontrar tu camino durante el día. Te guía hacia el bienestar y te ayuda a mantenerte en el camino, incluso si te pierdes o te sientes confundido. Se trata de elegir qué dirección tomar, como elegir sonreír en lugar de fruncir el ceño cuando algo no va bien.