Cuando ofendes a alguien, es como si accidentalmente pisaras su juguete favorito. Ellos pueden sentirse heridos porque su juguete es especial para ellos, al igual que algunas palabras o acciones pueden ser especiales para las personas. Es importante tener cuidado con lo que decimos y hacemos para no pisar los sentimientos de alguien.
Imagina que las palabras son como colores. Algunos colores son brillantes y hacen que las personas se sientan felices, mientras que otros pueden ser demasiado oscuros y hacer que alguien se sienta triste. Cuando decimos algo que es demasiado oscuro, puede hacer que alguien se sienta mal por dentro, al igual que cuando usamos demasiada pintura negra en un cuadro soleado.
Piensa en los sentimientos de las personas como burbujas. Son ligeras y pueden flotar, pero si las pinchas demasiado fuerte, pueden estallar. Cuando ofendemos a alguien, es como pinchar su burbuja demasiado fuerte. Deberíamos tratar de mantener nuestras palabras suaves, como una brisa suave, para que sus burbujas puedan permanecer en el aire y sentirse seguras.