Cuando usas tus ojos para ver un pájaro volando en el cielo, estás haciendo una observación. Es como ser un detective, usando tus ojos para encontrar pistas sobre el mundo que te rodea. Notas el color del pájaro, qué tan rápido vuela y cómo mueve sus alas. Tus ojos son como una cámara que toma fotos de todo lo que ves.

A veces, usas tus oídos para escuchar sonidos, como cuando escuchas tu canción favorita o el sonido de la lluvia. Escuchar es otra forma de hacer una observación. Tus oídos te ayudan a entender lo que está pasando incluso cuando no puedes verlo. Es como tener superpoderes que te permiten saber cosas solo escuchando.

También puedes usar tu nariz para oler un pastel delicioso horneándose en el horno. Oler es otra forma de observación. Tu nariz te dice cuándo algo huele bien o mal, ayudándote a entender mejor el mundo. Es como tener una herramienta especial que te dice secretos sobre cosas que no puedes ver ni oír.

Cuando tocas algo suave como un oso de peluche, estás usando tus manos para observar cómo se siente. Tus manos te ayudan a descubrir si algo es suave, duro, caliente o frío. Es como si tus manos hablaran con tu cerebro, diciéndole lo que sienten. Observar con tus manos te ayuda a saber más sobre las cosas que tocas.