Una monja es como una superheroína con un uniforme especial llamado hábito, en lugar de una capa. En lugar de luchar contra los malos, ayuda a las personas y difunde amor y bondad. Viven en una casa especial llamada convento, que es como su cuartel general de superhéroes. Es un lugar donde pueden rezar, aprender y ayudar a los demás juntos.

Imagina a una monja como una jardinera de corazones. Así como una jardinera planta semillas para hacer crecer hermosas flores, una monja planta semillas de amor y paz en los corazones de las personas. Ella las ayuda a crecer siendo amable, enseñándoles sobre la bondad y mostrándoles cómo amarse unos a otros.

Una monja también es como una maestra, pero en lugar de enseñar matemáticas o lectura, enseña sobre amor, bondad y fe. Ella muestra a las personas cómo ser buenas y cariñosas, al igual que un maestro te muestra cómo sumar números o leer un libro.

Finalmente, una monja es como un faro. Un faro ayuda a los barcos a encontrar su camino en la oscuridad, y una monja ayuda a las personas a encontrar su camino a través de los momentos difíciles de la vida ofreciendo orientación y apoyo. Ella brilla con su luz de amor y sabiduría para ayudar a los demás a encontrar la felicidad.