Una norma es como las reglas que seguimos cuando jugamos un juego. Cuando juegas al escondite, todos saben que deben cerrar los ojos y contar hasta diez. Esta regla de contar es una norma porque ayuda a todos a entender cómo jugar de manera justa.
Otra forma de pensar en una norma es como una receta para hacer galletas. Si quieres galletas deliciosas, sigues los pasos de la receta. La receta es una norma porque te dice qué hacer para obtener las mejores galletas cada vez.
Las normas también son como los semáforos en la calle. Cuando la luz se pone roja, los coches se detienen, y cuando se pone verde, avanzan. Estas luces ayudan a todos a estar seguros y saber cuándo moverse. Así que, las normas son como las luces que nos guían para hacer las cosas correctamente y con seguridad.
Finalmente, las normas pueden ser como las líneas en una página de un libro para colorear. Te ayudan a saber dónde colorear para que el dibujo se vea bonito. Las normas son como esas líneas, guiándonos para asegurarnos de que todo se vea y funcione bien.