La moral es como el sol en nuestros corazones. Cuando brilla intensamente, nos sentimos felices y fuertes, listos para jugar y divertirnos. Al igual que cuando el sol está fuera, las flores florecen y todo se siente animado, una alta moral nos hace sentir emocionados y positivos.
Imagina la moral como un grito de equipo. Cuando todos están animando juntos, nos hace sentir que podemos ganar el juego, incluso si es difícil. Este grito nos da energía y nos hace sentir que podemos hacer cualquier cosa. Si el grito es silencioso o no está allí, puede parecer más difícil dar lo mejor de nosotros.
La moral puede ser como un gran abrazo de un amigo. Nos hace sentir cálidos y amados por dentro. Cuando tenemos buena moral, nos sentimos seguros y felices, como cuando alguien que amamos nos da un abrazo. Este sentimiento nos ayuda a probar cosas nuevas y ser valientes.
Piensa en la moral como un pincel mágico. Colorea todo a nuestro alrededor con colores brillantes y felices. Cuando la moral es alta, todo parece más divertido y emocionante. Pero si es baja, los colores pueden desvanecerse y las cosas pueden parecer un poco apagadas.